La planificación del retiro es un elemento esencial en la vida moderna. Con la creciente esperanza de vida y las presiones fiscales, entender los sistemas de pensiones resulta clave para proteger nuestro bienestar y el de nuestra familia.
Este artículo ofrece un análisis profundo de los retos, cifras y oportunidades en Colombia y México, así como recomendaciones prácticas para tomar el control de tu futuro financiero.
Conceptos Fundamentales del Sistema de Pensiones
Un sistema de pensiones busca garantizar ingresos durante la vejez, invalidez o fallecimiento del titular. Se sustenta en pilares contributivos y no contributivos.
El pilar contributivo exige aportes de trabajadores y empleadores, mientras que el pilar no contributivo ofrece subsidios estatales para quienes no alcanzan el mínimo de semanas cotizadas.
Estado Actual en Colombia
Hasta julio de 2025, el sistema colombiano cuenta con 7,0 millones de afiliados, de los cuales 2,9 millones (41,9%) cotizan activamente. Existen 1.809.004 pensionados, de los cuales el 73,3% recibe pensiones por vejez y el 21,8% por sobrevivencia.
El pago mensual asciende a $4,6 billones de pesos mensuales, con el 79% de las mesadas situadas entre uno y dos salarios mínimos. Además, 15.482 colombianos pensionados residen en el exterior.
El programa BEPS, destinado a población vulnerable, agrupa a 2.062.536 vinculados, de los cuales 1.191.804 son ahorradores. En este esquema, las mujeres representan el 67,7% del total y el gobierno financia hasta un 20% adicional en algunas anualidades vitalicias.
Entre 2024 y 2025, más de 101.051 personas se trasladaron a Colpensiones, reforzando la confianza en el régimen público estatal, que actualmente tiene 7,06 millones de afiliados.
Estado Actual en México
El sistema mexicano enfrenta la fragmentación de al menos 70 regímenes de beneficio definido a nivel federal, estatal, municipal y universitario. Esto genera disparidades y dificulta la administración eficiente.
Las principales instituciones son el IMSS, el ISSSTE y diversos sistemas estatales, además de esquemas propios de universidades y empresas públicas como Pemex y CFE.
La transición hacia esquemas de contribución definida (AFORE) convive con generaciones de jubilados que aún perciben beneficios definidos, creando tensiones fiscales y de equidad.
En 2024, el presupuesto público destinado a pensiones alcanzó 1,99 billones de pesos, equivalentes al 5,8% del PIB y al 27,3% de los ingresos gubernamentales, duplicando el gasto en salud.
Comparativa de Indicadores Clave
Retos Demográficos y Estructurales
Colombia enfrenta una tasa de natalidad histórica baja (453.901 nacimientos en 2024) y una población envejecida. La proyección alerta que el pasivo pensional podría llegar al 160% del PIB sin reformas.
Para 2040, la proporción de adultos mayores crece, mientras disminuye el grupo de cotizantes jóvenes, aumentando la presión sobre las arcas estatales.
En México, la transición demográfica acelera el envejecimiento poblacional y reduce la base de cotizantes, elevando la carga fiscal y poniendo en riesgo la viabilidad del sistema sin ajustes oportunos.
Buenas Prácticas y Recomendaciones Internacionales
- Ajustar parámetros según la realidad demográfica y económica.
- Fortalecer la cobertura y eficiencia en aportes y pagos.
- Fomentar la diversificación de fuentes de financiamiento.
- Desarrollar bonos de longevidad y protección contra la inflación.
Plan de Acción Personal
La responsabilidad individual complementa el sistema público. Es vital iniciar un ahorro voluntario y fondos privados desde etapas tempranas.
La educación financiera para planificar el retiro debe impartirse en escuelas y empresas, afinando habilidades de inversión y presupuesto.
Algunas estrategias prácticas:
- Destinar un porcentaje fijo de ingresos a un fondo de jubilación privado.
- Revisar periódicamente el rendimiento de tus aportes y ajustar estrategia.
- Consultar con asesores financieros para optimizar beneficios y mitigar riesgos.
Mirando Hacia el Futuro
Es imperativo construir sistemas transparente y fiscalmente sostenible con alianzas público-privadas que compartan riesgos y beneficios.
Solo mediante una visión de largo plazo, donde ciudadanos, gobiernos e instituciones financieras colaboren, lograremos un modelo justo y sólido.
Cada uno de nosotros tiene el poder de transformar su realidad financiera y garantizar un mañana seguro para las futuras generaciones.